¿Te ha pasado que compras un cilindro de gas pensando que te durará semanas, y en menos de lo esperado ya necesitas otro? En tiempos donde todo sube menos el sueldo, cuidar cada peso se vuelve una prioridad. Y uno de los mayores escapes de dinero en casa es, sin duda, el mal uso del gas.
Pero no te preocupes, no estás solo. Aquí no te ofreceremos soluciones imposibles ni “trucos mágicos”, sino estrategias reales, comprobadas y muy fáciles de aplicar. Toma nota, porque podrías empezar a ver resultados desde hoy mismo.
1. Fíjate en el color de la llama: tu mejor indicador de eficiencia
Una llama azul significa que tu cocina está funcionando de forma óptima. Si notas que cambia a tonos amarillos o anaranjados, es una señal de que algo no va bien: podrías estar desperdiciando gas sin saberlo.
Qué puedes hacer:
- Limpia los orificios del quemador con un alfiler fino.
- Ajusta la entrada de aire si tu cocina lo permite, abriendo o cerrando la compuerta ubicada cerca de la base.
- Asegúrate de que las ollas no bloqueen completamente la ventilación.
2. Evita cocinar con la llama al máximo
Aunque se piensa que una llama más alta cocina más rápido, la realidad es que muchas veces solo se desperdicia gas. La mayoría de los alimentos se cocinan perfectamente a fuego medio o bajo, especialmente si se mantienen tapados.
Consejo práctico: una vez que el agua o la comida empiezan a hervir, baja la intensidad del fuego. El calor acumulado hará el resto del trabajo sin consumir de más.
3. Limpia a fondo los quemadores con limón y aguja
El jugo de limón tiene propiedades que eliminan residuos y grasa. Usarlo en los quemadores mejora la combustión y reduce el consumo.
Pasos recomendados:
- Exprime jugo de limón sobre los orificios del quemador.
- Deja actuar al menos cinco minutos.
- Usa una aguja o alfiler para destapar cada orificio.
- Limpia con papel absorbente y asegúrate de que todo esté seco antes de encender.
4. Cocina por bloques y organiza tus tiempos
Prender la cocina varias veces al día genera picos de consumo innecesarios. Una forma efectiva de ahorrar es cocinar varios alimentos al mismo tiempo aprovechando el calor de una sola sesión.
Por ejemplo: mientras cocinas arroz, puedes hervir huevos o preparar legumbres para refrigerar o congelar. Si enciendes el horno, añade vegetales u otros platos para maximizar su uso.
