
Después de la cirugía, es normal experimentar varios efectos físicos y emocionales. Algunos de los cambios inmediatos que podrías notar incluyen:
Dolor y molestias abdominales: Es común sentir dolor en la zona pélvica durante los primeros días después del procedimiento. El médico suele recetar analgésicos para controlarlo.
Fatiga: La recuperación de una cirugía mayor como esta puede causar cansancio extremo, por lo que es importante descansar y no forzarse.
Cambios en el sangrado: Puedes presentar un ligero sangrado vaginal durante algunos días, lo cual es parte del proceso de cicatrización.
Movimientos intestinales lentos: Muchas mujeres experimentan estreñimiento después de la cirugía, por lo que se recomienda una dieta rica en fibra y mantenerse hidratada.
Efectos a largo plazo de una histerectomía
Dependiendo de si también se extirparon los ovarios (ooforectomía), los efectos a largo plazo pueden variar:
Menopausia inmediata: Si se retiran los ovarios, los niveles hormonales caen bruscamente, lo que provoca síntomas como bochornos, sudores nocturnos, cambios de humor y resequedad vaginal.
Cambios en la libido: Algunas mujeres experimentan una disminución del deseo sexual, aunque esto varía según cada persona.
Infertilidad permanente: Al retirar el útero, ya no es posible quedar embarazada. Esto puede causar un impacto emocional significativo, especialmente en mujeres jóvenes.
Cambios en el suelo pélvico: Puede haber una sensación diferente en la zona pélvica, y en algunos casos, debilidad muscular que puede tratarse con fisioterapia.
Cómo manejar los cambios después de la histerectomía
Acompañamiento médico y psicológico: Es importante tener seguimiento médico regular y considerar apoyo emocional si lo necesitas.
Alimentación saludable y ejercicio suave: Esto favorece la recuperación y mejora el bienestar general.
Terapia hormonal (si es necesario): Si los ovarios fueron retirados, el médico puede recomendar terapia de reemplazo hormonal para aliviar los síntomas de la menopausia.
Conclusión
La histerectomía es un procedimiento que cambia la vida, y aunque puede ser difícil al principio, con el cuidado adecuado y apoyo, muchas mujeres llevan una vida plena y saludable. Lo más importante es informarte bien, seguir las recomendaciones médicas y cuidar de ti en todos los sentidos.