Estos Síntomas Podrían Advertírtelo: ¿Podrías Tener Diabetes?

La diabetes es una enfermedad metabólica crónica que se caracteriza por niveles elevados de glucosa en la sangre, que puede derivar en diversas complicaciones en el organismo si no se controla adecuadamente. Esta afección se produce cuando el cuerpo no produce suficiente insulina o no la utiliza de forma eficiente, provocando un aumento del azúcar en sangre.

Existen dos tipos principales de diabetes:

Diabetes tipo 1: Se desarrolla cuando el sistema inmunitario ataca por error a las células del páncreas que producen insulina. Suele tener un componente genético y aparece principalmente en niños y jóvenes.
Diabetes tipo 2: Es la forma más común de la enfermedad y suele estar relacionada con el sobrepeso, el sedentarismo y la resistencia a la insulina. Se presenta con mayor frecuencia en adultos, aunque también puede desarrollarse en jóvenes debido a malos hábitos alimenticios.
Niveles normales y alterados de glucosa en sangre.
Para diagnosticar la diabetes es imprescindible medir la glucemia en ayunas, ya que los niveles pueden aumentar de forma natural después de comer.

Los valores de referencia de la glucemia son los siguientes:

Normal: Entre 80 y 115 mg/dL (miligramos por decilitro).

Hiperglucemia (nivel alto de azúcar en sangre): Valores superiores a 115 mg/dL en ayunas pueden ser indicativos de prediabetes o diabetes.
Hipoglucemia (nivel bajo de azúcar en sangre): Valores inferiores a 70 mg/dL pueden provocar síntomas como mareos, debilidad y confusión, requiriendo atención inmediata.
Si una persona presenta niveles de glucosa en sangre en ayunas de 150 mg/dL o superiores, es importante acudir a un médico general o endocrinólogo para una evaluación detallada y un diagnóstico preciso. Este nivel alto de azúcar en sangre puede ser signo de diabetes y debe tratarse para evitar complicaciones en órganos vitales como el corazón, los riñones y los ojos.

Importancia de un diagnóstico precoz

Detectar la diabetes de forma temprana es fundamental para evitar complicaciones graves, como enfermedades cardiovasculares, neuropatías y problemas renales. Por ello, se recomienda realizar chequeos médicos periódicos, sobre todo si existen factores de riesgo como antecedentes familiares, sobrepeso, hipertensión o niveles elevados de colesterol.

Llevar una vida saludable, con una dieta equilibrada, ejercicio regular y seguimiento médico, es clave para prevenir y controlar la diabetes, mejorar la calidad de vida y reducir el riesgo de complicaciones.

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