La ciencia revela que fumar encoge el cerebro y acelera el envejecimiento cognitivo.

Cuando encendemos un cigarrillo, no solemos pensar en lo que sucede dentro de la cabeza. Sin embargo, la investigación moderna muestra que este hábito trasciende los pulmones: fumar encoge el cerebro, reduciendo sus reservas estructurales y comprometiendo funciones esenciales que sustentan la memoria y la atención.

Durante décadas, los hallazgos se consideraban anecdóticos. Hoy, grandes estudios poblacionales con resonancia magnética confirman que los fumadores exhiben menor volumen de sustancia gris y blanca. Según el estudio publicado en Biological Psychiatry: Global Open Science, la diferencia puede superar los tres centímetros cúbicos de tejido neuronal.

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